Sorpresa para escritores. - Núm. 46, Marzo 2008 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 68429581

Sorpresa para escritores.

AutorValdebenito, C

Leía y leía, su voz se escuchaba bastante bien. Se levantó de la cama. Bebió un vaso de jugo de naranja y continuó.

-Siempre das la impresión de decirles algo nuevo y desgarrador de los chilenos, algo, en general, sobre las ambigüedades de la prudencia y las ansias del desorden, sobre el hambre de vida, la negociación de la vida y el terror de la vida en sus más elementales manifestaciones. Tu sensibilidad y palabras y maneras vienen a ser, las más de las veces, las de un don nadie salido de cualquier parte, alejado de un hogar donde no hay quien lo eche de menos, pero al que debe regresar sin demora. Tu celebrada mezcla de ironía, compasión e impiedad elevada a la monumental categoría Marciana por la revista Quiltro, tras haber ninguneado a medio Chile durante décadas. Nada llama más la atención que esas frases filudas como salidas de un personaje aislado y desconcertado que se arma de valor para entusiasmarse.

-No lo dirás en serio.

-Pues claro que lo digo en serio.

-No esta nada mal, nada mal.

-¡Si lo está! ¡Y tú lo sabes! Limítate a decirme por qué. ¿Cómo voy a aprender si no me dices por qué?

-Bueno --dije, dispuesto a ceder-, digamos que las palabras no son precisamente concisas, Paula.

-¿No?

Traté de sonar lo más reflexivo posible.

-No, claro que no es tan "malo" ...

-Pero no es bueno como yo creo. Vale. De acuerdo. ¿Qué me dices de las ideas, de lo que trato de comunicar? Las palabras se pueden pulir. La redacción puedo hacer que la arregle un editor, si tú dices que hace falta. Pero, claro, las ideas, las ideas en sí mismas ...

-Ya veo.

También, Paula lo veía, es decir: mi incredulidad. Y se apresuró a tranquilizarme.

-Hay peores analfabetos que yo haciendo crítica literaria, César. Hay peores trogloditas y tontos del culo.

Bueno, sobre ese punto no iba a discutir. La miré ciegamente a la cara. Paula tenía todo el aspecto de haberse quedado congelada.

-¿Y?

-¿Y qué? --pregunté.

-¡La verdad! Es de mi vida de lo que estamos hablando, mi oportunidad de tener una segunda oportunidad. ¡Necesito la verdad!

-Bueno, la verdad es ... -pero, viendo el sudor correr por el...

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