Sujeto, cuerpo y espiritualidad en la escritura de Marina Arrate. - Núm. 48, Marzo 2009 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 632228805

Sujeto, cuerpo y espiritualidad en la escritura de Marina Arrate.

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La escritura de Arrate (2) se emplaza en un contexto de escritura que se inicia con el texto Este lujo de ser (1986), al que suceden los poemarios de Máscara Negra (1990) y Tatuaje (1992). Luego da cuerpo a la escritura de Uranio, (1999) en el que la segunda serie poemática, El hombre de los lobos, aparece referido como fragmento junto a Máscara Negra y Tatuaje; serie antológica publicada en Argentina (1996). La producción poética continua con Trapecio (2002) y El libro del componedor (2008).

La discusión sobre el contenido crítico en torno a Marina Arrate se va a articular de manera sincrónica. Se hará referencia a la producción poética de la autora, los aportes que como investigadora ha realizado a la crítica literaria. Se privilegia la revisión de los niveles transdisciplinarios de estos materiales en orden a las lecturas interpretativas publicadas a la fecha sobre su escritura poética.

En Arrate, el espacio de escritura es una imbricación de textualidades, desde donde surgen espacios de sentidos múltiples y se manifiestan en flujos de subjetividades, corporalidades y espiritualidad.

El espacio de escritura de Marina Arrate surge desde la vacuidad como instancia de subjetivación transitoria de quien escribe. Foucault (1990) señala que el sujeto es una formación discursiva que se actualiza en una instancia de discurso (los enunciados) determinada históricamente. Se sitúa, de esta manera, la noción de formación discursiva en otra, denominada formación social. La formación social va a referir a un tipo de agrupamiento de objetos, hechos y fenómenos, compuestos por una estructura económica (3), una estructura ideológica (4) y una estructura jurídico-política (5).

Asimismo, al interior de la estructura ideológica, según Foucault, coexisten varias formaciones ideológicas (por efecto de los agrupamientos) que "subjetiva" a un sujeto de acuerdo a la posición que ocupa en las relaciones de producción en un momento dado de su desarrollo histórico.

Un enunciado es, entonces, una multiplicidad topológica emplazado en un espacio dinámico (Deleuze, 1987). Tal emplazamiento se puede entender como una función derivada en un espacio correlativo, cuyo orden discursivo corresponde a las posiciones de sujetos, objetos y conceptos. En pocas palabras, el sujeto es una función posible en el espacio discursivo dado de las formaciones socio-históricas.

La pregunta por los procesos de asubjetividad y de presubjetividad en este contexto se percibe como una manera de pensar la conciencia en tanto condición de intensidad. Para Deleuze (1995), la intensidad está definida como el grado de energía de las potencias en lo humano, que siempre es una multiplicidad, Así, desde esta multiplicidad de intensidades se van agrupando y emplazando también los múltiples procesos de subjetivizaciones, que devienen espacios vacíos o vacuidades dentro de este continuum de intensidades.

La intensidad es la cualidad del deseo y en este sentido es una instancia o matriz. Esta matriz es un espacio de vacuidad, desde el que surge por flujos de dualidad la subjetividad. Así, el deseo y la negatividad co-existen como un mismo fenómeno de la conciencia. En este sentido, el deseo y el rechazo ocurren como surgidos en co-emergencia a la idea del sí mismo. De esta manera, el sí mismo no es ser sino intensidad.

El logos no es el lugar metafísico de la verdad, sino que es la matriz desde la que ocurre la activación de flujos de deseos y rechazos, que se emplazan en enunciados posibles. El sujeto que escribe activa junto a los procesos de subjetividad, los flujos de abyecciones por los que transitan aquellos elementos de la conciencia, que se perciben ocultos y oscuros; en contraste con el placer, que refiere a la realización del gozo.

La abyección es un flujo oculto a la conciencia, manifiesto en cada acto de subjetividad que emprende el sí mismo; no obstante, en la escritura se percibe las huellas de ésta. A propósito de la idea de abyección cito a Kristeva que señala lo que sigue;

The abject confronts us, on the other hand, and this time within our personal archeology, with our earliest attempts to release the hold of maternal entity even before ex-isting outside of her, thanks to the autonomy of language. It is a violent, clumsy breaking away, with the constant risk of falling back under the sway of a power as securing as it is stifling. (...) Repelling, rejecting; repelling itself, rejecting itself. Ab-jecting. (...) Even before being like, "I" am not but do separate, reject, ab-ject. Abjection, with a meaning broadened to take in subjective diachrony, is a precondition of narcissism. It is coexistent with it and causes it to be permanently brittle. The more or less beautiful image in which I behold or recognize myself rests upon an abjection that sunders it as soon as repression, the constant watchman, is relaxed. (Kristeva, 1992: s/n)

En la activación del flujo denegativo se percibe un sujeto en proceso y un espacio de sujetización encadenados de manera maquínica, de modo tal que el elemento simbólico que articula niveles altos de conciencia, se disuelve en una red de concatenaciones en serie con el propósito de hacer visible el agrupamiento de los circuitos y los procesos de elaboración del sentido en redes mayores de navegación translógica.

Según Baudrillard (1990) este propósito es más bien un proceso de autor referencia en el que se da cuenta de "una programación al infinito sin organización simbólica, sin objetivo trascendente, en la pura promiscuidad por sí misma, que también es la de las redes y los circuitos integrados" (s/n). Este fenómeno autorreferencial del proceso de subjetivación da cuenta de una experiencia de percepción de lo imperceptible a través de la emergencia tecnológica.

El sujeto que escribe es un signo-cuerpo que se constituye como experiencia vital a partir de la actualización interactiva de las pulsiones internas en el espacio de signos. En el contexto tecnológico, el sujeto que escribe es performance y el espacio que le da sentido a esta performance es la red virtual.

En una performance se privilegia el cuerpo en tanto signo en tiempo real (real time). Y en ésta se despliegan las cargas kinéticas, que hacen posible la experiencia "on line" y "a live" y en este contexto, la escritura surge como un fenómeno de simultaneidad de realidades. El código (6) con el que se elabora el logos y el espacio de referencialidad coemergen como posibilidades performáticas de conjunción del sentido. xxx Es sabido ya que la tecnología ha abierto la posibilidad de la ubicuidad. Las coordenadas del espacio cartesiano son reemplazadas por una "hypertextual web-links" (Baudrillard, 1990). La subjetividad ya no es sólo el espacio del logos metafísico, sino que también es la virtualización de las singularidades asubjetivas, que proliferan en un sistema de navegación transglobal de libre acceso.

En este contexto, la singularidad asubjetiva supone un fenómeno complejo de elaboración de sentidos en torno a la escritura, ya que el texto entendido como hipertexto, vincula en una misma experiencia kinésica-digital la multiplicidad de referentes de las más variadas posibilidades figurativas como simultaneidad. El sujeto que escribe ya no es más un sujeto auctorial(Foucault, 2001), sino que en primer lugar, se define más bien como un rol organizador de las singularidades asubjetivas y en segundo lugar, el autor vehicula la creación de un proyecto escritural. En el cyber espacio se conjugan en una misma instancia bio-ética, las redes de creatividad que suponen la emergencia de posibles procesos de subjetividad y los niveles de conectividad, según los que estos procesos de subjetividad se visualizan en un espacio virtual. Este proceso de subjetivización es similar a la activación de los flujos de subjetividades que ocurren en estados de actividad síquica propios de la transición de una etapa de sueño a otra.

En este sentido, la virtualidad como espacio de escritura y el sueño como fenómeno de virtualidad supone cierta posibilidad lúdica (7) de la organización del lenguaje como articulación simbólica y transcendente.

En esta investigación sobre la escritura poética de Marina Arrate, la escritura deviene un cadáver (Lock, 1993) que figura un proceso de composición y de descomposición de los niveles sutiles de la conciencia. Cada experiencia de percepción constituye una variante de la movilización conciente de las intensidades simbólicas y una contemplación expansiva de las fluctuaciones de estos niveles sutiles de conciencia.

Me interesa mostrar la escritura de Arrate en una red de procesos de simbolizaciones relativos a la cinética de los flujos de intensidades que subyacen a la experiencia del sujeto que escribe, su dinámica de entrelazamientos de sentidos intertexuales y el proceso de disolución del contenido de subjetivizaciones en la lengua poetizada.

Los textos de Arrate se ordenan en torno a las publicaciones de los años '80 y han sido antologados en diferentes revistas y textos, tales como la Revista Araucaria de Chile no. 38 del año 1987, la antología Las plumas del Colibri (8) del año 1989, la Revista Nomadías no. 7 del año 2004 de la Universidad de Chile, entre otros.

La producción crítica que acompaña su escritura está constituida principalmente por notas y reseñas, publicadas en diferentes revistas de literatura de la ciudad de Concepción y de Santiago a partir del año 1987. Marta Contreras publica una nota titulada "Este lujo de ser" en Lar, Revista de...

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