Tiberio[3]. - Núm. 35, Junio 2005 - Cyber Humanitatis - Libros y Revistas - VLEX 56739202

Tiberio[3].

CargoAntolog

Tiberio[3] Te saludo 2000 años después, tenemos bastante en común: tu también estabas casado con una puta. Además alrededor está tu ciudad. Bullicio, autos, gentuza con jeringas en los portales, ruinas. Yo, un simple peregrino, en una galería inhóspita, saludo a tu busto lleno de polvo ¡Aay Tiberio! ¡Aqui no tienes ni siquiera treinta años! Tu cara exhibe mas seguridad en sus músculos obedientes que en su futuro. Tu cabeza cortada por un escultor es en realidad una predicción sobre el poder. Todo lo que esta debajo de tu pera es Roma: provincias, rentistas, cohorte, mas una multitud de infantes mamando tu piel áspera. El placer de la loba alimentando a los pequeños Remus y Romulus (ilas mismas bocas que con dulzura murmuran en su toga!). En suma, el busto como símbolo de independencia del cerebro con respecto a la vida del cuerpo. Propio e imperial. Si tu pintaras tu retrato seguramente estaria hecho de puras circunvalaciones cerebrales. Aquí, no tienes más de 30 años, nada en ti hace captar la mirada, tu dura mirada tampoco está dispuesta a detenerse en algo: ni en algún rostro, ni en el paisaje clásico. ¡Aay Tiberio! ¡Qué importa lo que susurren por ahí Suetonius y Tacitus[4], buscando explicaciones a tu crueldad! En el mundo no hay motivos solo hay consecuencias y las personas son victimas de los resultados. Sobretodo en aquellos subterráneos donde todo se acepta gratuitamente. Las declaraciones bajo tortura son monótonas, igual que las confesiones de los niños. El mejor destino es el que está ajeno a la verdad, porque ella no nos hace elevamos. A nadie. Con mayor razón a los Cesares. A fin de cuentas tu te ves mas dispuesto a ahogarte en tu propia bañera que en las ideas geniales. &Será acaso la crueldad el único acelerador del destino común de las cosas? ¿Caída libre de los cuerpos en el vacío? En el vacio siempre te encontraras en un estado de caida. Enero. Amontonamiento de nubes sobre la ciudad invernal, como mármol sobrante. El Tiber arrancándose de la realidad. Piletas disparando chorros de agua a lugares donde nadie eleva la vista...

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