Si la videovigilancia es la respuesta, ¿Cuál era la pregunta? Cámaras, seguridad y políticas urbanas. - Vol. 41 Núm. 123, Mayo 2015 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 636788121

Si la videovigilancia es la respuesta, ¿Cuál era la pregunta? Cámaras, seguridad y políticas urbanas.

AutorGaldon-Clavell, Gemma

RESUMEN | Las cámaras de videovigilancia llevan años proliferando en casi todo el mundo. Sin embargo, ni las evaluaciones existentes dan motivos que justifiquen este entusiasmo por las cámaras en la lucha contra la delincuencia, ni las imágenes grabadas han servido de forma determinante en la prevención o resolución de grandes delitos recientes. La pregunta que emerge, pues, es: ¿cómo es posible que la videovigilancia haya conseguido no solo imponerse sino seguir una trayectoria de expansión, mantener cifras de apoyo popular considerables y generar un consenso favorable inquebrantable entre los responsables políticos, las autoridades policiales y la población en general? A través del repaso a las propuestas académicas realizadas hasta ahora que vinculan la videovigilancia con procesos económicos, sociológicos y políticos más amplios, y con base en los trabajos existentes sobre la evolución de la proliferación de la videovigilancia en España, este artículo pone sobre la mesa, desde una perspectiva sociológica y politológica, la pregunta que nadie parece tener deseos de plantear: ¿por qué la videovigilancia?

PALABRAS CLAVE | política urbana, seguridad ciudadana, innovación tecnológica.

ABSTRACT | Surveillance cameras have been proliferating around the world for decades now. However, evaluations of their benefits and peformance, as well as the relatively small impact that they have had on crime prevention lead us to question the generalized enthusiasm for this urban technology. Why have surveillance cameras managed to proliferate and gain widespread acceptance among the population, elected officials and the police when most serious evaluations question their efficacy ? By reviewing the literature on closedcircuit television cameras (cctv), this paper links video surveillance to broader economic, sociological and political processes. Studying the proliferation process of surveillance cameras in Spain from a sociological and politological perspective, this paper poses the question no one seems to want to ask: why CCTV?

KEY WORDS | urban policy, community safety, technological innovation.

Introducción

El 11 de marzo de 1995, el New York Times publicó una nota titulada "Cámaras indiscretas capturan sospechosos", que narraba la experiencia de un reportero en una sala de control de videovigilancia de una ciudad británica:

Liverpool, Inglaterra--Aún no habían tocado el 3 cuando la llamada irrumpió en el centro de control, una voz biselada a través del walkie-talkie: cuatro jóvenes caminaban por la zona comercial central, actuando de manera sospechosa. "Ya estamos", dijo el guardia de seguridad, con los ojos en la imagen de los cuatro jóvenes que, con aire arrogante, iban robando manzanas de las tiendas de fruta, sin saber que alguien los seguía con atención (...). La principal preocupación de los guardias (...) era seguir los movimientos de los ladrones, prostitutas y carteristas reincidentes. Durante 20 minutos, las cámaras los siguieron. En varias ocasiones, el grupo se detuvo, como para supervisar el terreno, mientras uno de ellos entraba en una tienda. Los guardias, desde la sala de control, buscaban minuciosamente cualquier rastro de robo, y esa tarde acabaron alertando a la policía. Así que al dar vuelta a la esquina, los jóvenes se encontraron con un policía esperándolos. Este tomó nota de sus nombres y preguntó por radio si alguno de ellos tenía antecedentes. Por lo que captan las cámaras, parece que antes de soltarlos los amonestó. Continuaron su marcha, pero alejándose del centro, lejos de la mirada de las cámaras y con menos humos al caminar (2). Es muy común leer y escuchar historias relacionadas con videovigilancia que reproducen el punto de vista de este artículo, donde se describe el funcionamiento de una de las primeras cámaras de vigilancia instaladas en Gran Bretaña con el fin de vigilar un espacio público (en este caso, una zona comercial en el centro). La imagen de la cámara como un perro guardián "neutral" de nuestro entorno no es de ninguna manera excepcional, y pone sobre la mesa toda una serie de preguntas que a menudo permanecen ocultas en los discursos que, como el que acabamos de reproducir, pretenden hacerse eco del "sentido común" y transmitir la idea de que la mirada del ojo electrónico solo debe provocar temor a quien tiene algo que ocultar.

Los protagonistas de la noticia del New York Times, sin embargo, no parecen tener nada que ocultar, más allá de su juventud y arrogancia, que en todo caso no podrían ser consideradas delitos. Sin embargo, que esto sea lo que les hace sospechosos a la vista del controlador de la cámara no aparece cuestionado en el relato. El autor parte, tal vez inconscientemente, de tres presunciones: por un lado, que aquellos que cometen crímenes son fácilmente identificadles a través de los ojos de la cámara y que quienes realizan el visionado "ya saben de quiénes se trata"; por otro lado, que "eliminar" a estos elementos de ciertas áreas para que la gente se sienta segura es legítimo y deseable; y, finalmente, que no supone ningún problema el que a ciertas personas se les transmita reiteradamente el mensaje de que su presencia no es bienvenida en ciertas zonas comerciales urbanas.

En el imaginario colectivo (o como mínimo en el mediático), la imagen comercial de la videovigilancia, movilizada por empresas de seguridad y por organismos municipales de muchos países, parece haberse impuesto. Se ha extendido el discurso que presenta las cámaras como una herramienta útil para la prevención y reducción de la delincuencia, como una tecnología neutra que reproduce los "ojos sobre la calle" de los que hablaba Jacobs (1961/1992), y que es eficaz sobre todo en la revitalización y control de espacios degradados y/o comerciales.

No es difícil, pues, encontrar descripciones de las bondades del ojo electrónico en estos términos, como ponen en evidencia los siguientes fragmentos de diferentes documentos elaborados por las autoridades de Glasgow (Gran Bretaña) y Madrid (España):

La videovigilancia en los espacios públicos es clave en el programa de seguridad comunitaria de Glasgow, cuyo objetivo es contribuir a la reducción de la delincuencia, la reducción del miedo a la delincuencia y el abordaje de temas comunitarios más amplios, como el vandalismo, los grafitis, los carteles y los incendios provocados. (Glasgow Community & Safety Services, www.saferglasgow.com)

48 cámaras vigilarán la zona que va de la plaza Tirso de Molina hasta la Glorieta de Embajadores. Medida de carácter disuasivo, incrementará la seguridad, mejorará la calidad de vida de los vecinos (...). "Es una buena noticia--señala [Pedro Calvo, delegado de Seguridad y Movilidad]-. La videovigilancia tendrá un carácter disuasorio tanto para los problemas de convivencia como para los relacionados con la comisión de delitos y faltas. Consecuentemente, tanto los vecinos de la zona, como los comerciantes, como los que la visitamos a menudo, mejoraremos en seguridad y calidad de vida. ("Videovigilancia para Lavapiés". Nota de prensa del Ayuntamiento de Madrid, 26 de mayo de 2009).

Pero no son solo las autoridades locales las que reproducen estos discursos. También los miembros de los cuerpos de seguridad y representantes de instituciones del ámbito estatal a menudo dan por sentado que las cámaras de seguridad multiplican la capacidad de control del espacio urbano (Koskela, 2003, p. 299) y asumen, sin cuestionarlos, los beneficios de la videovigilancia:

Las cámaras de circuito cerrado de televisión atrapan a criminales. Ven los delitos, identifican a los delincuentes y contribuyen a la captura de los culpables. La difusión de esta tecnología significa que más centros urbanos, recintos comerciales, espacios de negocios y zonas de aparcamiento se convertirán en zonas donde los delincuentes no osarán entrar (...) la videovigilancia es un maravilloso complemento tecnológico al trabajo policial (...) un policía de Liverpool afirmaba que su sistema de veinte cámaras era como tener veinte agentes más de servicio 24 horas al día, tomando notas de forma constante. (Michael Howard, secretario de Interior, responsable de la financiación estatal de la videovigilancia. En Norris, 2003, p. 254).

Como enfatizan muchos autores (3), esta visión, basada en una eficiencia que se presupone y una neutralidad que no se cuestiona, actúa más bien como cortina de humo ante la posibilidad de desarrollar una comprensión más amplia del fenómeno de la vigilancia; una lectura que aborde cuestiones relacionadas con temas de más amplio espectro, como el control social, los cambios sociales recientes en la percepción y reacción legal ante el delito y el desorden urbano, el papel de la tecnología y de los intereses económicos que se mueven a su alrededor en las sociedades y la política actuales, la crisis institucional de la modernidad tardía; también las externalidades políticas, sociales y relaciónales de la intervención tecnológica en entornos urbanos, la arquitectura de mimetización de políticas en la globalización, el nuevo rol de las ciudades en la construcción del discurso "securitario" global o los realineamientos de poder en un contexto de governance.

El motor del artículo es preguntarse cómo es posible que la videovigilancia haya conseguido no solo imponerse, sino seguir una trayectoria de expansión, mantener cifras de apoyo popular considerables y generar un consenso favorable inquebrantable entre los responsables políticos, las autoridades policiales y la población en general. Las hipótesis que se plantean son:

* La videovigilancia se impone por ser una medida de aplicación inmediata.

* Se expande por el technological fix (búsqueda de soluciones tecnológicas mágicas) y los discursos acríticos y creyentes en su eficacia, que a su vez derivan en altas tasas de aceptación de esta solución tecnológica por parte de la población.

* Al ser una medida que puede tomarse desde el ámbito local, la videovigilancia permite mostrar capacidad e...

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