Corrientes culturales y tecnológicas de la última década
| Autor | Miguel Ángel Martínez M. |
| Cargo | Doctor en Conflicto Político y Procesos de Pacificación por la Universidad Complutense de Madrid. Licenciado y Magíster en Ciencias Políticas por las universidades Central de Venezuela y Simón Bolívar, respectivamente |
| Páginas | 10-12 |
Serie Informe Sociedad y Política 173 10
3. CORRIENTES CULTURALES Y TECNOLÓGICAS
DE LA ÚLTIMA DÉCADA
través de la llamada Tercera Ola Democratizadora
(Huntington, 1994), un apreciable número de nacio-
nes iberoamericanas -al igual que varias en Europa
Oriental y diversos países pertenecientes a la órbita
de la agonizante Unión Soviética- experimentó una transi-
ción generalizada hacia la democracia. En virtud de este
proceso fueron quedando atrás numerosos regímenes dic-
tatoriales, diversas guerras civiles y distintos movimientos
de subversión armada, para dar lugar al asentamiento pro-
gresivo de ese sistema de garantías mutuas que constitu-
yen los regímenes democráticos o poliárquicos (Dahl, 1989).
De modo paralelo, y con el propósito de superar inestabilida-
des económicas ya crónicas en el continente, las políticas del
llamado Consenso de Washington permitieron -a pesar de los
costos sociales que reportaron en un principio- alcanzar una
estabilidad macroeconómica que no sólo había sido largamen-
te anhelada, sino que también era necesaria para emprender
una verdadera y sistemática lucha contra la pobreza. De este
modo, los terribles ciclos hiperinflacionarios, las deudas públi-
cas fuera de todo control y las altísimas tasas de pobreza ex-
trema comenzaron a ser progresivamente superadas.
Como consecuencia de los avances anteriormente seña-
lados, se inició en Iberoamérica un período de relativa paz
y crecimiento cuyos resultados positivos son, hoy en día,
evidentes. La tónica general de los últimos treinta años
muestra un panorama mucho más alentador que el que pre-
dominó durante las tres décadas anteriores (años 60, 70 y
80). Y si bien la “fotografía” de períodos relativamente cortos
puede mostrar elementos que justican todo tipo de preocu-
paciones, la “película” nos muestra una trayectoria positiva
llena de avances y mejorías1.
Como es natural, durante las tres décadas que siguieron a
la caída del Muro de Berlín -hecho emblemático que simbo-
liza el inicio de las tendencias aquí señaladas-, una nueva
generación de jóvenes ha venido creciendo y madurando
Aen occidente y en Iberoamérica. En líneas generales, puede
armarse que dicha generación no ha sufrido los embates
de los terribles regímenes y conflictos que buena parte del
mundo -y América Latina de modo muy particular- experi-
mentó durante las décadas anteriores. Y aunque esta gene-
ración se enfrenta a retos y dicultades de índole descono-
cida y particular, también es cierto que no ha conocido las
mismas dicultades que sus progenitores y que una buena
parte de sus integrantes ha podido disfrutar de condiciones
y ventajas desconocidas por sus predecesores.
Algunas de las ventajosas condiciones que caracterizan el
surgimiento de esta generación -a la que popularmente se
conoce como millennials- tienen que ver con las posibilida-
des directamente derivadas del hecho de haber crecido en
sociedades democráticas, con una ingesta calórica más
completa y regular, con mejores condiciones de acceso a la
educación, mayores oportunidades de movilidad y un con-
siderablemente más amplio acceso a la información y a la
comunicación. En muchos casos se trata de los primeros
miembros de sus familias en recibir una educación universi-
taria. Tal como indica la célebre pirámide de Maslow y como
lo ha venido registrando Ronald Inglehart (1991) a través de
su Encuesta Mundial de Valores2, en la medida que las ne-
cesidades básicas están más satisfechas, los valores más
compartidos socialmente tienden a hacerse más “post-ma-
terialistas”.
Se aprecia así que las generaciones marcadas por la viven-
cia de dicultades severas -relacionadas no sólo con la po-
breza y las carencias, sino también con el conflicto violento
o potencialmente violento- tienden a preocuparse más por
valores elementales, vinculados a la necesidad de garan-
tizarse la seguridad, la alimentación y la supervivencia en
general, y a mostrarse más cautas y reservadas luego de al-
canzar condiciones de vida sustancialmente mejores. Tales
generaciones tienden a tener en alta estima a la moderación,
el ahorro y el sacricio; sus preocupaciones en materia de
En Iberoamérica también son válidos los argumentos de Steven Pinker sobre
el progreso general de la humanidad. Ver En defensa de la Ilustración. Por la
razón, la ciencia, el humanismo y el progreso (2014) Barcelona: Paidós.
1
World Values Survey (WVS): http://www.worldvaluessurvey.org/wvs.jsp
2
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