Determinantes de la movilidad y lecciones para la política pública
Autor | María Paz Arzola G. |
Cargo | Ingeniero comercial con mención en Economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Magister en Economía de la UC |
Páginas | 21-24 |
21
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serie informe SOCIAL 185
La movilidad social y económica es un com-
ponente clave del desarrollo económico y
puede ser vista como “la realización ex post
de oportunidades económicas distribui-
das equitativamente ex ante” (Ferreira et
al., 2013). Es por ello de gran importancia
considerar su medición y seguimiento, de
manera de poder reconocer los avances
experimentados por nuestros países, los
que podrían no apreciarse mediante los in-
dicadores tradicionales que solemos mirar.
Asimismo, es útil identicar cuáles son las
variables que parecen relacionarse con los
niveles de movilidad al interior de una so-
ciedad y así determinar de qué manera ésta
se puede impulsar y sostener.
En primer lugar, a partir del estudio de las
dinámicas de la pobreza, se encuentra que
los eventos que más inuyen sobre cam-
bios en los ingresos y en la pobreza son de
índole laboral; un mayor número de ocupa-
dos en el hogar y la formalidad laboral apa-
recen como factores de gran relevancia a la
hora de protegerse contra caídas abruptas
en los ingresos (Neilson et al., 2008; Maldo-
nado et al., 2016). Asimismo, un insuciente
capital educativo, circunstancias adversas
o desafíos desde el ámbito familiar pueden
afectar la trayectoria laboral y deteriorar
la movilidad ascendente (OCDE, 2018). En
ese contexto, se sugiere la importancia de
mecanismos como seguros de desempleo
que permiten suavizar la caída en el consu-
mo frente a la pérdida del empleo, así como
también la necesidad de políticas que pro-
muevan la empleabilidad de más personas
dentro de los hogares. Las dicultades para
compatibilizar el trabajo con el cuidado del
hogar y de los niños pueden incidir también
sobre una menor ocupación y obstaculizar
la movilidad, lo que suele afectar con mayor
frecuencia a las mujeres y a los hogares de
menores recursos (OCDE, 2018).
Es por lo anterior de gran relevancia que
al interior de las sociedades con elevada
movilidad las personas que experimentan
dicultades económicas transitorias pue-
dan recuperarse rápidamente. Quienes se
encuentran en empleos más precarios son
menos propensos a moverse en forma as-
cendente, así como también se encuentran
menos protegidos frente a eventos adver-
sos como la pérdida del empleo. En una
sociedad de oportunidades, en que los re-
sultados no están denidos de antemano, la
ocurrencia de eventos negativos no siem-
pre es evitable, aunque estos sí pueden ser
amortiguados. En ese contexto, las trans-
ferencias de dinero en efectivo (programas
como los seguros de desempleo u otros
benecios) pueden contribuir a aminorar
su impacto, no obstante, el diseño de estas
debe equilibrar correctamente el necesario
apoyo a quienes se encuentren en situación
de mayor inestabilidad con los incentivos a
la incorporación laboral, evitando generar
dependencia de largo plazo. Esto, porque
no hay que perder de vista que la incorpora-
ción laboral es nalmente el principal driver
del alza de ingresos familiares y de la movi-
DETERMINANTES DE LA MOVILIDAD
Y LECCIONES PARA LA POLÍTICA PÚBLICA
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