Discusión final
| Autor | Francisco Parro G. |
| Cargo | PhD en Economía de la Universidad de Chicago. Profesor Asistente en la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez. |
| Páginas | 41-41 |
Libertad y Desarrollo
lo largo de este capítulo hemos discutido sobre
cuáles debiesen ser los principales ingredientes
que debería contener una estrategia de desarrollo
enfocada en el crecimiento económico de largo
plazo. El análisis teórico y empírico desarrollado a lo largo
de este capítulo dirigió nuestra mirada una y otra vez en
dirección a cuatro pilares fundamentales para la promo-
ción del crecimiento económico: (i) fomento decidido a la
competencia, (ii) apertura comercial y nanciera al resto
del mundo, (iii) incentivos a la inversión en capital huma-
no, y (iv) gobiernos de tamaño limitado, protectores y pro-
motores de la actividad privada. La proposición central de
este capítulo es que estos cuatro elementos deben trans-
formarse en principios inviolables dentro de nuestra estra-
tegia de desarrollo futura.
Estos son, a su vez, principios fundamentales para el buen
funcionamiento de una economía de libre mercado. Ade-
más, fueron los pilares centrales del proceso de reformas
económicas iniciadas en Chile a mediados de los seten-
ta, que, por lo demás, transformaron a un país que estaba
destruido económica y socialmente, en una economía vital,
capaz de sacar a millones de compatriotas de una situa-
ción de pobreza y, en general, de proveer de más y mejores
oportunidades de progreso para todos.
Los argumentos desarrollados en este capítulo permiten
entender por qué los principios de la competencia, apertu-
ra, capital humano y fomento de la iniciativa privada han
contribuido a que Chile sea hoy otro país del que observó el
mundo a principios de los setenta. También nos permiten
entender por qué la profundización de dichos principios en
nuestras políticas públicas es el único camino viable para
que Chile siga por la vía del desarrollo, la cual comenzó a
recorrer cuatro décadas atrás.
Recientemente, han resurgido en el debate el uso de políti-
cas industriales como instrumento para promover un «de-
sarrollo estratégico» de nuestra economía. La discusión
presentada en este capítulo descarta de plano que políti-
cas de intervenciones selectivas, diseñadas e implemen-
A
5. DISCUSIÓN FINAL
tadas desde una autoridad central, puedan transformarse
en un motor poderoso de desarrollo para nuestro país. Ta-
les políticas son antagonistas a los principios que hemos
identicados como favorables al crecimiento económico.
Son políticas anticompetencia, debido a que enfatizan la
protección comercial o el otorgamiento de monopolios
(temporales) como forma de facilitar el despegue de las in-
dustrias elegidas por la autoridad. Además, requieren de un
aparataje estatal grande y empoderado que, la mayoría de
las veces, toma las decisiones con información limitada y
altos niveles de burocracia. Este aparataje, a su vez, requie-
re de una alta carga tributaria para operar que, de seguro,
distorsiona precios y dirige los recursos productivos hacia
sectores que no permiten explotar las ventajas comparati-
vas de la economía. El mayor involucramiento del Estado,
tal como sucedía en los sesenta y principios de los seten-
ta, coarta la iniciativa privada y provee de pocos incentivos
para que los individuos exploten al máximo sus talentos.
Espero que los argumentos entregados en este capítulo
hayan convencido al lector de que un modelo de desarrollo
basado en el uso de políticas industriales está destinado al
fracaso y solo producirá el empobrecimiento generalizado
de nuestra economía.
Santiago, diciembre de 2016.
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