Una Escuela de Jueces a partir de Nuestra Realidad
Autor | Mónica Maldonado |
Cargo | Fiscal de la Corte de Apelaciones de Santiago |
Páginas | 141-146 |
UNA
ESCUELA
DE
JUECES A PARTIR DE NUESTRA REALIDAD
Mónica Maldonado
Me
srento pequeña ante
los
conceptos e ideas que
los
juris-
tas y académicos, que' han participado en este Seminario, han entregado
en
sus exposiciones y preocupada
de
dar un aporte demasiado obvio,
He
decidido anticipadamente reflexionar sobre nuestra
rea-
lidad.
La
mía y
la
de muchos de Uds.
La
de
un Juez común.
Les
ruego
me
disculpen por leer
mi
participación. Estoy
nerviosa,
más
aún que
el
primer
día
que llegué a
mi
tribunal y temo no
poder expresar de palabra
las
ideas que quisiera transmitir.
Llegamos
al
Poder Judicial por distintos caminos. Unos con
una
clara vocación
de
dar y hacer justicia; otros, en búsqueda de una
realización personal, de un trabajo que satisfaga
esa
necesidad básica del
hombre que
es
realizar una tarea que
lo
ennoblezca, que
lo
haga
ser
va-
lorado y respetado ... y algunos llegan
al
Poder Judicial porque
las
opor-
tunidades que buscó en
el
ejercicio libre o en
la
Empresa Privada no
se
concretaron y
aquí
encontró una estabilidad y un desarrollo personal.
Pienso que
las
razones que
lo
llevan a uno a optar por
la
magistratura son importantes, pero mucho más lo es asumir
el
cargo de
juez consciente de nuestra misión y empapados por ella.
Somos jueces. Estamos llamados a hacer justicia y ello con-
lleva
restablecer
la
paz a través del derecho.
En
lo
penal, cada delito rompe, quiebra
un
orden natural.
Cada
delito deja una víctima y una sociedad que
se
resiente porque uno
de sus miembros ha sido violentado. '
El
juez está llamado en su sentencia a restablecer ese orden
que
ha
sido quebrado. A satisfacer una necesidad social de justicia.
En
lo
civil estamos llamados a declarar
el
derecho de
los
litigantes.
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