Introducción - Núm. 271, Julio 2018 - Serie Informe Económico - Libros y Revistas - VLEX 730855693

Introducción

AutorFrancisco Parro G.
CargoPhD en Economía de la Universidad de Chicago. Profesor Asistente en la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez.
Páginas6-8
Serie Informe Económica 271
hile experimentó una profunda transformación
económica y social durante las últimas cuatro
décadas. El progreso de nuestro país se ha visto
reflejado en prácticamente todos los indicadores
económicos y sociales que recopilan las estadísticas o-
ciales. Hoy nuestro ingreso per cápita es 3,3 veces el que
tenían nuestros antecesores a principios de los setenta. La
tasa de pobreza cayó desde un 45,1% a un 14,4% durante
el período 1987-2012. Adicionalmente, en el ámbito de la
educación, durante los últimos cuarenta años la escolari-
dad promedio de nuestra población se ha duplicado y la co-
bertura en educación secundaria ha subido desde un 30%
hasta un 68%, mientras que en educación terciaria la tasa
de cobertura se incrementó desde un 4% hasta un 25%. En
el área de la salud, la esperanza de vida al nacer ha aumen-
tado desde los 60 hasta los 80 años y la tasa de mortali-
dad infantil por cada mil niños nacidos ha caído desde 67 a
solo 7 recién nacidos1. Otros indicadores similares apuntan
en la misma dirección. Chile es hoy un país muy distinto del
que era a principios de los setenta.
El avance que experimentó Chile durante las últimas déca-
das vino de la mano con la implementación de una serie
de reformas económicas que cambiaron sustancialmente
el rol del Estado en la estrategia de desarrollo del país. A
principio de los setenta el Estado era un jugador activo del
partido dedicado a proteger y promover discrecionalmen-
te algunas industrias, a emprender en diversas áreas de la
economía y a regular fuertemente muchos ámbitos de la
actividad privada. Como consecuencia de este rol activo,
Chile era prácticamente una economía cerrada, con aran-
celes altos y dispersos, donde muchas empresas estaban
en manos del gobierno, con fuertes controles de precios
tanto en el sector real como nanciero y, en general, con
una regulación agobiante para la actividad privada.
C
INTRODUCCIÓN
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Las reformas económicas que comenzaron a mediados de
los setenta transformaron al Estado paternalista, planica-
dor, empresario y regulador severo que imperaba en esos
años en un ente cuyo principal rol no sería el de sustituir la
actividad privada, sino el de complementarla mediante la
defensa de los derechos de propiedad y de los contratos
que rigen las transacciones entre privados. Algunas de las
reformas que apuntaron en tal dirección fueron la priva-
tización de la gran mayoría de las empresas estatales, la
apertura de la economía, el ordenamiento de las nanzas
públicas, la eliminación de muchos subsidios que promo-
vían sectores poco productivos, el n de los controles de
precios en el sector real y en el sector nanciero y la crea-
ción de un sistema de pensiones basado en la capitaliza-
ción individual, entre otras. Chile en general se movió hacia
una economía de libre mercado donde la iniciativa privada
se convirtió en el motor de la creación de riqueza. Los ar-
gumentos teóricos y empíricos elaborados en este capítulo
nos permitirán entender por qué el tipo de reformas econó-
micas que inició Chile a nales de los setenta y el progreso
económico y social que experimentó nuestro país desde
entonces no fueron sucesos desconectados entre sí.
Este capítulo muestra, primero, que no hay fundamentos
teóricos ni empíricos sólidos que permitan sustentar la vi-
sión de que políticas industriales, diseñadas e implemen-
tadas desde una autoridad central, constituyen la mejor
estrategia de desarrollo productivo para nuestro país. Por
el contrario, el análisis lleva una y otra vez a concluir que
una estrategia de desarrollo basada en el principio de la
libertad económica tiene mayor probabilidad de éxito en
la promoción del crecimiento económico. Por ende, no es
de extrañar que el progreso económico y social de nuestro
país haya surgido a partir del proceso de reformas inicia-
do a mediados de los setenta, pues tales reformas promo-
vieron precisamente el principio de la libertad económica
como motor fundamental de desarrollo.
Los datos de ingreso per cápita fueron obtenidos de la base de datos
World Development Indicators del Banco Mundial; los datos de pobreza
del Ministerio de Planicación Social; mientras que las estadísticas de
educación fueron extraídas de la base de datos Barro-Lee Educational
Attainment Dataset.
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