El malestar en la cultura. Sigmund Freud (1856-1939)
| Autor | Juan Francisco Cruz |
| Cargo | Abogado investigador del Observatorio Judicial |
| Páginas | 15-16 |
Julio 2018 /Nº 296 15
i el descubrimiento de Descar-
tes sobre el cogito inauguró
la era moderna, el descubri-
miento del inconsciente por
parte de Freud, inició, en cierto
modo, el mundo contemporáneo. Freud era
consciente de ello al escribir que el psicoa-
nálisis produjo la tercera y denitiva herida
en el ego narcisista del ser humano.
Según Freud, el amor propio del hombre
fue humillado primero por Copérnico, al de-
mostrarnos que no somos el centro del Uni-
verso. Luego, Darwin, con la publicación de
su libro
El Origen de las especies
(1859) y su
teoría de la selección natural, hirió nuestro
orgullo de ser creados a imagen y semejan-
za de Dios. Por último, agrega Freud:
“vino
la humillación psicológica: el hombre que
sabía que ya no es ni el señor del cosmos, ni
el señor de los seres vivos, descubre que no
es ni siquiera el señor de su psiquis”.
En este sentido, leer a Freud no es fácil. No
porque su forma de escribir sea enrevesada,
al contrario, el padre del psicoanálisis fue
nominado al premio Nobel de Literatura.
SMás bien su dicultad estriba precisamente
en que hiere y remueve nuestras conviccio-
nes más profundas. Nadie leerá con agrado
que nuestros problemas psicológicos son
producto de la insatisfacción de pulsaciones
sexuales durante nuestra niñez. Sin embar-
go, en la “impertinencia” y “perversión” de
las teorías freudianas hay una virtud: invi-
ta y exige al lector a reexionar sobre sus
propios conceptos y visiones sobre los fenó-
menos humanos. Si se quiere un remezón
intelectual, hay que leer a Freud.
Entre los fenómenos humanos ocupa un
lugar especial la cultura. Es probable, que
nadie ponga en duda que la cultura es la
gran conquista de la humanidad; único lu-
gar donde el hombre puede alcanzar una
perfección digna de su naturaleza. Sin em-
bargo, Freud -calicado por Paul Ricoeur
como un hermeneuta de la sospecha, junto
a Nietzsche y Marx- pone en duda esta idea
de cultura como la mayor conquista del
hombre racional. En efecto, en 1929, Freud
publicó su sombría obra
El malestar en la
cultura
, una de las principales obras de las
ciencias sociales del siglo XX. En este escri-
to, el autor anuncia que gran parte de la mi-
seria del hombre es causada por la cultura,
pero ¿por qué? En palabras de Freud, el psi-
coanálisis
“descubrió que el ser humano se
vuelve neurótico, porque no puede sopor-
tar la medida de frustración que la sociedad
le impone en aras de sus ideales culturales”.
Freud pone como punto de partida el hecho
de que la vida nos es impuesta; una vida
gravosa llena de dolores y sufrimientos. Sin
embargo, el n de la vida humana es alcan-
zar la felicidad, la cual, para Freud tiene dos
aspectos: uno negativo, que es la ausencia
de dolor y de displacer; y uno positivo que
es vivenciar intensos sentimientos de placer.
Es lo que Freud denomina como el principio
del placer. Freud piensa que existen tres
amenazas que impiden realizar el principio
del placer: primero, el propio cuerpo, el cual
está destinado a la disolución; segundo, las
fuerzas de la naturaleza que nos abaten
con sus fuerzas destructoras; y por último,
los vínculos con otros seres humanos.
En aras de satisfacer sus pulsaciones de pla-
cer los hombres se reúnen entre sí. En efec-
LECTURA RECOMENDADA
EL MALESTAR EN LA CULTURA
SIGMUND FREUD (1856-1939)
Juan Francisco Cruz
Abogado investigador del Observatorio Judicial
(www.obervatoriojudicial.org)
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba