Pensar: Consejos para hacerlo mejor - Segunda parte. ¿cómo hacer una tesis? Leer, pensar y escribir - Cómo hacer una tesis en derecho. Curso de metodología de la investigación Jurídica - Libros y Revistas - VLEX 275274067

Pensar: Consejos para hacerlo mejor

AutorHernán Corral Talciani
Páginas121-126
121
1. LOS MOMENTOS PARA PENSA R
Es incuestionable que la mente del investi-
gador está trabajando en todas las etapas de
su trabajo, desde que “piensa” en cuál va a
ser su tema, en cómo elegir el director, en
cómo seleccionar la bibliografía, en cómo
asimilar el material documental que se ha
recolectado, al escribir la exposición de su
pensamiento, hasta que finalmente “piensa”
cómo contestar las preguntas y objeciones
que le han formulado los miembros del
tribunal que evalúa su tesis.
En este sentido, en la investigación cien-
tífica la labor de “pensar” no es propia de
una sola etapa sino de todas. Sólo excepcio-
nalmente podrán darse tareas meramente
mecánicas que no exijan trabajo intelectual
(por ejemplo, transcribir literalmente algún
texto).
Dejando sentado lo anterior, sin embargo
nos parece que en el desarrollo de la inves-
tigación, particularmente en la jurídica, hay
momentos en los que el investigador debe
dedicarse exclusiva o, al menos preferente-
mente, a pensar, para dar forma a una nueva
idea sobre el problema, para encontrar la
solución original en la que consistirá su
tesis. Si no hay pensamiento creativo en
este sentido, nos quedaremos en la labor
de documentación, podremos hacer quizás
una buena bibliografía sobre el tema o un
estado de la cuestión muy informado, pero
no una tesis propiamente tal.
El momento natural del pensamiento
es el que se da entre dos etapas: la docu-
mentación y tratamiento de los materiales
bibliográficos, y la de exposición escrita del
pensamiento logrado. Lo primero es la base
sobre la cual puede ejercerse un pensamiento
útil y novedoso; lo segundo es el resultado
del pensamiento ya efectuado.
En la práctica, sin embargo, no se da este
orden tan esquemático. No he conocido a
ningún tesista que haya destinado un año a
la documentación, otro año a pensar, y un
tercero a escribir. Normalmente estas etapas
se van sucediendo y superponiendo muchas
veces a lo largo de la elaboración de la te-
sis; así, es posible que tengamos suficiente
material recogido para un capítulo y, por
ello, nos detengamos en la labor de docu-
mentación de los siguientes, para escribir un
borrador de ese capítulo, el cual pasaremos
al director de la tesis y mientras él lo lee,
podremos nosotros continuar recogiendo
material para los capítulos restantes. En ese
caso, el momento del pensamiento para
ese capítulo será justamente el momento
en que se decide escribir y se piensa en qué
se va a decir y cómo.
Tampoco es totalmente claro que uno
primero piense y luego exprese lo pensado.
La verdad es que el pensamiento se forja, se
afina, se consolida cuando uno es capaz de
expresarlo. Eso que sostienen los estudiantes
como excusa ante un examen reprobado
de que “yo lo sabía, pero no pude decirlo”
es poco exacto, ordinariamente si no podía
expresarlo era porque no dominaba ese
conocimiento. Por ello, aunque debemos
tener primero nociones o ideas más o menos
delimitadas de lo que queremos decir, no
debemos asombrarnos si nos sorprendemos
interrumpiendo la escritura para descubrir
que necesitamos aclarar o rectificar algo
que veíamos antes muy nítido. Mientras
se escribe se sigue pensando.
Como se comprenderá, no es posible
dar recetas de cómo pensar los problemas
III. PENSAR: CONSEJOS PARA HACERLO MEJOR

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