La tercerización del trabajo - Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. Tomo I - Libros y Revistas - VLEX 275059847

La tercerización del trabajo

AutorHéctor Humeres Noguer
Cargo del AutorAbogado, Magíster en Derecho Laboral. Profesor Titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. Facultades de Derecho de las Universidades de Chile, del Desarrollo y Gabriela Mistral
Páginas286-309
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I. GÉNESIS Y DESARROLLO
La empresa que se visualiza habitualmente corresponde a una de gran
tamaño, inspirada en los principios Fordistas y Tayloristas, en la que se
produce en serie, con bienes estandarizados.
Esta clase de empresa se caracteriza por ser fuertemente burocrática,
autoritaria y coercitiva, con costos fijos y poco flexibles o difíciles de ade-
cuar a la fluctuación de la demanda; su fuerza de trabajo suele no ser muy
calificada (la producción en serie no exige mayor especialización). A lo
anterior debe agregarse los profundos cambios derivados de la globaliza-
ción de la economía y de la fuerte alza de los insumos básicos, lo que ha
dado origen a una realidad económica e inclusive política muy diversa y
cambiante para dicha clase de empresa.
En efecto, en el contexto externo de la empresa se advierten grandes
avances tecnológicos, cambios sociales y políticos que impactan en diversos
ámbitos al sistema productivo, lo que implica el nacimiento de economías
integradas entre los diversos países y la apertura de los mercados a los cuales
la gran empresa no había tenido acceso antes.
Esto deriva en una fuerte competencia, muy superior a aquella a la
cual la empresa tradicional estaba acostumbrada, abarcando incluso a
las economías de los propios países, lo que genera una mayor exigencia
en cuanto a bajar los costos de producción de las empresas, so pena de
extinguirse.
Esta “nueva empresa” necesita, imperiosamente, un aumento expo-
nencial de su productividad para hacer frente a este mercado globalizado
y por otra parte necesita del aporte de trabajadores crecientemente espe-
cializados, capacitados, con mayor educación y cultura para hacer frente al
manejo de nuevas tecnologías; ello implica, a su vez, que la empresa debe
propender a eliminar la rigidez del proceso productivo.
Su forma de organización deriva frecuentemente a un grado de con-
centración o control de su propiedad o al menos en lo financiero, o si ello
no es posible, muy frecuentemente da paso a alianzas estratégicas, o bien
CAPÍTULO XIX
LA TERCERIZACIÓN DEL TRABAJO
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fusiones y adquisiciones, para así hacer frente a un mercado cada vez más
competitivo.
A su vez, en el ámbito en que se desenvuelve la empresa, se han
gestado grandes cambios económicos, tecnológicos, sociales y políticos
que han afectado fuertemente lo referido a su productivid ad, como
con la caída de las ideologías, el término de las barreras entre países,
la igualdad de género, y, fundamentalmente, la denominada globaliza-
ción de la economía, que conlleva la génesis de economías integradas
y la apertura de éstas a los diversos mercados, muchos de ellos antes
inalcanzables para empresas de poca envergadura, todo lo cual provoca
enormes cambios en la competitividad , sobre todo en lo relativo a la
contención de costos.
Lo anteriormente señalado implica, a su vez, un aumento de la pro-
ductividad, lo que pasa fundamentalmente por una mayor calificación
del trabajador, y que puedan éstos asumir una diversidad de funciones,
para así permitir al ente productivo adaptarse con rapidez y precisión
al cambiante entorno. Del mismo modo, ello significa que la empresa
debe organizarse de un modo diverso a como lo venía haciendo, muchas
veces generando superestructuras financieras, que se instalan en diversos
países, buscando las oportunidades o nichos de mercado, donde ellos les
reporten una mayor ganancia, dando paso así al fenómeno denominado
de la deslocalización.
Esta nueva forma de organización de la empresa da paso también a
nuevos modelos de gestión, que pone el acento en los resultados y en la
mayor responsabilidad individual de los trabajadores y en una reestructu-
ración del aparato productivo, al que se incorporan con suma rapidez las
nuevas tecnologías y controles de calidad en consonancia con los exigen-
tes mercados que se han ido generando en el mundo, con clientes muy
informados y empoderados.
Esta nueva visión de la empresa se traduce en un esquema organizativo
diverso del conocido a la fecha, basándolo en productos que ya no son
íntegramente manufacturados o producidos por una sola empresa, sino
que comienzan a ser producidos, en sus distintas fases, por empresas que
son más pequeñas, más especializadas y que tienen, por lo tanto, un mejor
conocimiento de esa fase específica de producción, para lograr el producto
general de la empresa matriz.
Se da paso así a la denominada “relación de complementariedad”,
mediante la cual las empresas complementan su función productiva y se
coordinan para obtener un costo de producción que pueda ser competitivo,
generando así una real cadena de producción, pero no ya al interior de la
compañía, sino que alrededor de la misma; nace así una suerte de empre-
sa descentralizada, la que externaliza funciones o actividades productivas
que anteriormente las asumía en forma interna y que las gestionaba de
un modo directo.
Esta nueva forma de organizar el trabajo se acrecienta de manera
exponencial, calculándose que en Chile ella involucra, fácilmente, a más
de un tercio de la fuerza activa de trabajo.

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